jueves, 14 de febrero de 2008

Fiesta de Pali

La fiesta inolvidable.

CRONICAS CARIBEÑAS

Por: Javier Gargollo Febrero 5, 2008

Hace pocos días y en contra de todas mis objeciones, amenazas y advertencias, mi hija Ana Paula, cumplió 18 años, lo cual quiere decir que ahora se cree mayor de edad y va a tramitar su credencial del IFE, la cual como en cualquier país democrático le permitirá según su mejor criterio, elegir libremente …que bebida le va a ordenar al mesero del antro.

Por si eso fuera poco, a partir de ese preciso día, técnicamente ya no me tiene que obedecer ciegamente ni pedir permiso para llegar a altas horas de la madrugada…. pensándolo bien creo que no me ha obedecido ciegamente ni me ha pedido permiso de nada desde que aprendió a gatear, pero ahora ya tiene un pretexto legal, o algo parecido según ella.

Su filosofía de vida se puede resumir en tres enunciados básicos:

1.- Ya tengo 18 años y por lo tanto soy mas inteligente que tu.

2.- Ahora puedo hacer todo lo que se me de la gana.

3.- Lero lero candelero.

El inciso dos puede incluir desde beber como cosaco en pie de guerra, hacerse un tatuaje satánico, llevarse el coche de su mama o saltar innecesariamente con paracaídas desde un avión que vuela en perfectas condiciones mecánicas.

Así que para celebrar su cumpleaños y no presentarla en sociedad, decidimos festejarla con un gran evento de tres días, para así agotar un poco a sus amistades cercanas y en el entendido de que después de tal fiestón la celebración que sigue por nuestra cuenta será su boda.

Toda la familia colaboró, elegimos un sitio remoto y despoblado, se imprimieron invitaciones, se hicieron planitos, se colocaron flechas de señalización, se evaluaron menús y se hicieron las compras pertinentes, el sábado al medio día nos movilizamos como gitanos a Puerto Aventuras con las amigas mas cercanas de Pali, para preparar la casa y empezar a recibir a los invitados.

La concurrencia fue llegando muy variada aunque con el rasgo inconfundible de la vestimenta “casual”, y aquí por casual me refiero a prendas de vestir lo suficientemente amplias para que se pueda esconder un calentador industrial y en colores tan llamativos que harían sonrojar a un rumbero cubano; pero eso no es lo preocupante, lo que mas me intriga es si hay esperanza para el futuro de la humanidad cuando lleguemos a estar en manos de una generación que claramente ni siquiera se sabe colocar una gorra al derecho.

Pero bueno… siguieron llegando y llegando y llegando hasta llenar la casa a su record Guines, para iniciar la fiesta, pusieron música o lo que ellos llaman música, prepararon los drincs y se armaron los grupitos de cotorreo, unos en la sala, otros en la terraza, otros en el patio y otros en …. donde $%&/# están los otros??, era tal el movimiento de entradas y salidas que a veces parecían ser el doble y a veces solo podía yo ver a cuatro o cinco; para efectuar un recuento rápido haciéndolos salir de la oscuridad, decidimos servir la cena y aparecieron mas de la cuenta, era como la multiplicación de los chavos o de plano eran los mismo y se estaban sirviendo doble y triple… ¡que bárbaros!!, comieron como damnificados del Katrina!!.

La fiesta siguió con la música a suficiente volumen como para escucharse en Belice, y nosotros haciendo rondines de guardia para checar que todo estuviera en orden; para demostrar que no todos son como maras mala onda, algunos jóvenes influenciados por el calor tropical y etílico, sacaron su lado ambientalista… desinteresadamente y sin ponerse de acuerdo decidieron donar su cena a favor de la ecología y el buen desarrollo de la selva Quintanarroense o alguna jardinera cercana, la cual sobrecogida de agradecimiento inmediatamente se marchito.

También encendieron una fogata, treparon al faro en números suficientes para hacer peligrar su estructura, y cantaron a todo pulmón canciones que solo ellos entendían, lo importante es que se divirtieron, conbevieron y azotaron agotados por ahí.

Al día siguiente los más dañificados tenían la mirada esquiva y vidriosa, cuando volaba un chanate se escamaban pensando que era un zapatazo que alguien les arrojaba, luego nadaron, comieron, se asolearon, comieron, y después se sentaron a comer, vieron tele, comieron un poco más y así hasta terminar con toda la comida.

Por fortuna todo salió de maravilla, estuvieron felices, jugaron, se rieron y se divirtieron de lo lindo sin que hubiera un solo accidente, incidente o bronca y las niñas que tanto nos encargaron sus respectivas mamas, regresaron a casa sanas, salvas y felices sin perder eso que sus madres me hicieron prometer y jurar que no perderían….

-- su celular!!--

1 comentario:

tabi dijo...

¡Ah Javier! ya extrañaba tu mirada acerba y tu sentido del ridículo tan buenisisisisisismo....
Gracias y por favor... ¡no se te ocurra dejar de escribir!